El epílogo.

Inevitablemente, supongo que por una cuestión inherente a mi persona y por más que trate de esquivar, en un momento u otro sobre el final de año, me pongo introspectivo. Desde ya es lo más lógico, siempre que llega un final trae consigo un dejo de analizar que fue lo que sucedió en el transcurso de. Así que, de forma breve y concisa voy a hacer una catarsis de lo que fue mi 2023. 
En resumidas cuentas: una mierda. Nos vemos 2023, no vuelvas más. 
¿Y lo que viene? Expectativas nulas. El 2024 apunta a ser una poronga. En fin, seguiremos atentamente los acontecimientos. Que sea lo que tenga que ser.







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