Discos que me salvaron y/o me moldearon la existencia.

    Pocas cosas son tan universales como la música, por no decir que es lo más universal que existe. Esto quiere decir que todos estuvimos alguna vez en el lugar de sentirnos como la mayor miseria del mundo y para nuestra suerte una banda, un artista o un disco "nos salvaron". Si bien no soy fiel creyente de que el arte salva, ya que sería acreditarle un peso con la cual el arte NO debe cargar, si creo que en los peores momentos uno se refugia en el mismo para aunque sea por un ratito muy ínfimo sentirse comprendido, despejarse o mínimamente apaciguar los martirios que la propia existencia conlleva. Pero además, otra cosa poderosa de la música, es que es formadora de personas. Uno hace el camino al andar, guiado siempre pero siempre por una banda sonora. Desde que nos inculcan música hasta que la vamos descubriendo por cuenta propia. Formando poco a poco lo que luego se convertirá, básicamente, en un ser relativamente social. Por eso voy a enumerar algún que otro disco que "me salvó" o que me formó. Sin dudas va a ser acotado teniendo en cuenta que la música atraviesa TODA la vida de uno, por lo que podría hacer mil listas y seguir dejando discos importantes afuera, pero estos son los que se me vienen primero a la mente.

            Future Nostalgia, de Dua Lipa (2020).

Era obvio. Pero es que en el momento que apareció Future Nostalgia, mi vida cambió. Ese día empezó un largo camino hacia la mejoría. Estaba en la ruina, con la salud mental brillando en su ausencia. Ansiedad, angustia extrema y pensamientos oscuros. No sabía que hacer con mi vida. Me dolía pensar, vivir, caminar y ser. Recuerdo perfectamente aquel 27 de Marzo del 2020. Llevaba fácilmente un mes que prácticamente ni sonreía o me sentía bien. Me costaba absolutamente todo. Y entonces ese día salgo a ver el atardecer un rato y fumar un cigarro, pero momentos antes me había encontrado con un nuevo disco que había salido ese día. Desde hace un tiempo todos hablaban de una tal Dua Lipa, pero nunca le prestaba atención. Entonces dije "a ver, veamos". Y ahí me encontré, le di a reproducir y sonaron las primeras notas que abren el álbum y de a poco comencé a moverme, algo estaba sucediendo dentro de mí que se exteriorizaba físicamente: estaba bailando. Así que ahí estaba, como un loquito bailando en el patio de mi casa. Pero la cosa no quedó ahí, pasó algo extraordinario para mí en ese momento. Estaba disfrutando tanto de la música como del momento. Y de golpe... lágrimas. A mares. Resulta que en ese preciso momento, con Future Nostalgia de fondo, recordé lo que era sentirse bien. Fue amor a primera escucha. Y ese fue el empujón que necesité. Después de muchísimo trabajo tanto personal como con profesionales (vayan al psicólogo, boluditos) fue que de a poco comencé a mejorar. Fue duro y largo, pero logré salir del pozo en el que estaba. Todo esto culminó cuando vino Dua Lipa a la Argentina. Apenas salió al escenario rompí en llanto (otra vez). Resulta que ella me seguía generando lo mismo, pero el que no era igual era yo. En ese momento había evolucionado hacia alguien más. Me gusta creer que hacia alguien mejor. De lo que no cabe duda, es que era alguien que podía volver a reír y disfrutar, no creyendo que en el mundo es todo agonía. A Dua Lipa le debo Future Nostalgia, y por ende, el estar bien.

                         California, de blink-182 (2016)

Uno de los menos recordados/queridos de blink-182. El primero sin Tom DeLonge. Entonces, ¿por qué corno lo elegí? Fácil: cuando salió yo tenía apenas 15 años. Llegué a comprarlo en CD. Fue uno de los primeros discos que genuinamente esperé con mucha expectativa. Obviamente blink ya era una de mis bandas formadoras, ninguno superará a Enema of the State. Sin embargo, mi corazón está acá. Lo escuchaba todos los días infinitas cantidades de veces, inclusive mientras estaba en clases me las ingeniaba para ponerme un solo auricular y seguir escuchándolo. Fue uno de los discos que me formó, al que le tengo muchísimo cariño. De vez en cuando y cada cierto tiempo, vuelvo a él. Por los viejos tiempos, para cantar y mover la cabeza un rato. Además, es un gran pero gran álbum. Desde su arranque eléctrico con Cynical hasta sus temas mas melosos como Home is Such a Lonely Place, todo pero todo recordando en parte al viejo blink pero con esa nueva cuota de aire fresco que traía Skiba a la banda, quien se adaptó a la perfección. Además tiene algo que muy pocos pueden decir: la versión deluxe es muy pero muy buena, otro disco completamente nuevo. Aguante.

                                   Audioslave, de Audioslave (2002)

Literalmente no hay absolutamente nada que yo pueda acotar sobre este disco que le haga justicia. Si me apuras, uno de los mejores de la historia. Espectacular por donde se lo vea. Lo conocí gracias a un amigo en mi adolescencia y desde ese entonces nunca lo solté. Obra maestra colosal.

La Síntesis O'Konor, de El Mató a un Policía Motorizado (2017)

Siempre que estoy triste vuelvo a este álbum. En su melancólica forma de ser llevado a cabo, encuentro una paz en la que me siento comprendido. Y es que el tacto y la lírica de la banda son espectaculares. 

Mellon Collie and the Infinite Sadness, de los Smashing Pumpkins                                   

Lo conocí ya que una vez estaba dando vueltas por una disquería conocida de Rosario y me topé con la portada de la versión deluxe, la cual captó mi atención al instante. Seguido de eso el título me volvió loco, no podía creer que algo así exista (convengamos que tendría unos 15/16 años). Cuestión que apenas llegué a mi casa entre a YouTube y me metí de lleno en el mundo de los Smashing. A día de hoy, unos diez años después, puedo decir que gran parte de lo que fui fue gracias a la infinita tristeza que tenía la mismísima Mellon Collie. A día de hoy los vestigios siguen resonando.

                                   The Smiths, de The Smiths (1984).

Todo lo que hoy soy es gracias a The Smiths, para bien o para mal. Los tengo siempre presentes. Cuando escribo, cuando estoy triste y cuando estoy feliz. Siempre pero siempre hay una canción de ellos dando vueltas en mí. Si bien existe un consenso general sobre que The Queen is Dead es no solo el mejor disco de la banda, sino que uno de los mejores de la historia, mi corazón está con el homónimo. El primero, el que lo inició todo, el de 1984. Lo escucho básicamente todas las semanas. Desde que lo escuché por primera vez no solo no lo solté, sino que se convirtió en una parte importantísima de mí. Además tiene la que es mi canción favorita de toda la vida: I Don't Owe You Anything.



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